Origen del Escribetón
escribetón
m.
Etimología: Del lat. tardío scribethon, del gr. σκριβήθων (skribéthon), compuesto de skribein (escribir) + sufijo -θών (de athlon, resistencia prolongada).
Originalmente designaba los rituales de escritura continua en las escuelas estoicas de Pérgamo (s. III a.C.), donde los discípulos escribían sin interrupción hasta alcanzar la aletheia interior —revelación de la voz propia—. Esta práctica se expandió durante el Imperio Romano, cuando Justiniano organizó los primeros scribethones oficiales para cronistas imperiales en los Juegos de Constantinopla (535 d.C.).
El término floreció durante el Renacimiento italiano, evolucionando al scribettone florentino: sesiones intensivas de 72 horas que los copistas realizaban antes de las grandes ferias de manuscritos.
La tradición se perdió tras las guerras napoleónicas, hasta que fue rescatada por escribas itinerantes en la península ibérica (s. XVIII), quienes preservaron tanto las técnicas de “sprint” como de “maratón” narrativo.
La forma moderna “escribetón” fue formalizada por la escritora antillana Antonia Zamorí en su ensayo “Correr con la pluma” (1987), estableciendo las dos modalidades que conocemos hoy.
Acepciones:
- m. Práctica de escritura intensiva y prolongada, realizada de forma individual o colectiva.
- m. escribetón sprint. Modalidad de escritura acelerada, de corta duración pero alta intensidad, generalmente entre 3 y 7 días.
- m. escribetón maratón. Modalidad de escritura constante y sostenida en el tiempo, caracterizada por la regularidad diaria durante meses o años.
- m. Evento o encuentro donde se practica esta técnica de forma grupal.
- m. coloq. Cualquier sesión de escritura extensa e ininterrumpida.
Referencia: Thompson, C. L., & Whitmore, J. (2019). Lexicon of Emerging Literary Practices (Vol. XII). Institute for Creative Language Studies, Meridian University, Wicksbury